10 consejos para dormir a tus hijos

Puede que la hora de dormir se convierta en una batalla nocturna día tras día.  Ya sea por ganas de jugar, miedo a la oscuridad, pesadillas, necesidad de llamar la atención, etc., a muchos pequeños les desagrada el momento de ir a la cama, con sus consecuentes pataletas. No descansar repercutirá, en consecuencia, en su rendimiento escolar y estado de ánimo, afirma la pediatra Rocío Sánchez-Carpintero. «Incluso dormir menos horas de las necesarias puede alterar la velocidad normal de crecimiento del niño».

Son las 21h y acabas de acostar a tu niño. Le diste un beso de buenas noches y le leíste un cuento. Ha sido un día largo de trabajo en la oficina, todavía tienes tareas del hogar por terminar y ni siquiera te has podido estirar en el sofá a descansar cinco minutos con tu pareja.  Mientras tanto, tu peque sigue reclamando a gritos tu atención porque no quiere dormirse… ¿Te suena familiar?

Conseguir que los niños permanezcan dormidos, es una de las tareas más difíciles y estresantes para los padres (a no ser que el peque esté muerto de sueño y no le quede energía después de la tarde de juego que se ha pegado en el parque con sus colegas).  Una lucha muy común en numerosos hogares. «Hasta el 30% de la población infantil tiene alteraciones crónicas del sueño», concluye Sánchez-Carpintero.

niño llorando cama
¿Será culpa del niño o de los padres? Todos estamos implicados. Identificamos algunos errores frecuentes que los papás cometen en relación al descanso nocturno de sus hijos como acostarlos demasiado tarde, saltarse la rutina nocturna, tener demasiados estímulos en la cuna/cama, la falta de constancia, etc. Tanto los expertos como los padres veteranos confirman que con sólo hacer algunos cambios sencillos en la rutina y el ambiente de los niños se pueden prevenir y corregir una gran parte de los problemas de sueño.

Cuando lo hayas conseguido no sólo tendrás un niño más feliz, descansado, y con mejor rendimiento, sino también una familia ¡más feliz y descansada! Aquí te dejamos algunos trucos para que te sea más fácil crear el hábito del sueño adecuado, dependiendo de la edad que tenga el niño:

familia feliz descansada

Calcular la hora conveniente de irse a la cama

Para lograr que el niño se vaya a la cama a la hora adecuada hay que lograr crear una rutina de sueño para él. ¿Cómo? El primer paso es determinar cuál debe de ser la hora de irse a la cama. Un bebé recién nacido precisa dormir 16h al día. A medida que el pequeño crece, se reduce, según la siguiente progresión: 15h diarias a los tres meses de vida; 14h al año de edad; 13h a los dos años; 11h a los cinco; 10h a los nueve años; 9h a los 14 años; y 8h a partir de la mayoría de edad.

Ofrécele opciones aceptables a la hora de acostarse

Tu niño puede estar en una etapa en la que empieza a poner a prueba los límites de su recién adquirida independencia. Para que sienta que está ganando control sobre su mundo, permítele que elija algunas cosas a la hora de dormir, desde el cuento que quiere que le leas al pijama que prefiere ponerse. El truco está en ofrecerle sólo dos o tres alternativas y asegurarte de que todas te parezcan bien. Por ejemplo, no le preguntes «¿Quieres ir a la cama ahora?», porque puede que diga que no, y esta respuesta no sería aceptable para ti. Sin embargo, si le preguntas, «¿Te quieres acostar ahora o dentro de cinco minutos?«, le das la posibilidad de elegir, pero tú ganas de una forma o de otra.

La cama nunca debe ser un castigo para niño

Es un error mandar al niño a dormir por haberse portado mal, éste asociara la hora de irse a la cama como algo negativo, independientemente de si se ha portado bien o mal en el resto de ocasiones. Sin embargo, sí conviene que el niño pase tiempo en su dormitorio durante el día, para que no lo asocie con el momento desagradable de tener que irse a dormir.

Determina el mismo horario para acostarse y levantarse

Contar con horarios fijos facilitará que el pequeño acepte sin protestar irse a la cama a su hora.

papa bebe dormido

Fomenta la actividad física durante el día

Para que las mentes y cuerpos ​​de tus hijos se sientan cansados, es conveniente que hagan ejercicio físico durante el día. Los niños tienen mucha energía, y si no la gastan, más tarde podría interferir con el sueño.

El niño no debe exponerse a pantallas de noche

Para que el niño se relaje, es importante evitar actividades que le puedan excitar durante esa última parte del día, entre ellas, juegos en la tablet, videojuegos y ver la televisión.

Repetir actividades nocturnas con el bebé

Para crear una rutina de sueño, el siguiente paso es establecer una serie de actividades que se repetirán cada noche, antes de ir a dormir. Un bañito, leer un cuento o cantar una canción cada noche…Una rutina más eficiente que reducirá la energía del pequeño relajándolo antes de dormirse, siempre con silencio en casa y una luz tenue.

mama leyendo dormir

Una luz tenue durante el sueño

Puede resultar conveniente dejar alguna luz tenue en el interior de la habitación del niño, para evitar que tenga miedo al quedarse solo en la habitación. Esta luz será de ayuda, también, para que no se asuste, en caso de que el pequeño se despierte en mitad de la noche.

Olvidarse del azúcar antes de dormir

La alimentación es un factor clave en la calidad del sueño del niño. Existen comidas que excitan al niño, por lo que harán más complicado que entre en la cama a la hora que toca. En este sentido, es importante prescindir de las bebidas con mucha azúcar, así como de la cafeína (coca colas), después del mediodía.

Cada uno en su cama

¿Le entran rabietas cuando lo dejas en su cama? Papás, os merecéis vuestra intimidad. Si hemos conseguido que se calme en su propia cama respetamos, por supuesto, la necesidad en el niño de dormir con un muñeco, una mantita, o simplemente con el chupete. Muchas veces el niño necesita de algo que le dé más seguridad.
padre hijo dormidos

¡A dormir se ha dicho!

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